El público espera el inicio de esta performance sentados en la sala de conferencias del Gabinete de Historia Natural. Contemplan una especie de jaima fabricada con telas, la frontal es blanca y transparente como el velo de una novia.

Se apaga la luz, no vemos nada, y de repente dentro de la “jaima” contemplamos el resplandor de una linterna que va pintando no solo con la luz, sino también con la brocha a la que va sujeta. Es un auténtico placer visual, el color y la luz van cubriendo un cuerpo femenino y después uno masculino al ritmo de una música ambiente.

Una vez pintados comienzan lo que podemos denominar como “la danza del apareamiento”. Gracias a un foco situado detrás de ellos podemos ver la sombra proyectada en la tela, están sus cuerpos, pero es más bonito ver las siluetas que dibujan. Comienza la magia, entran en comunión, se acercan y se separan haciendo verdaderas acrobacias.

El arte nos incita a la reflexión sobre la sexualidad y después de esta danza las dos personas salen de la tela y se sientan en unas butacas. Se enfrentan al público, les preguntan, les invitan a pensar… ¿Vivimos en una sociedad que reprime la sexualidad?

“Hemos estado interaccionando sexualmente, no ha habido coito. Hemos estado dándonos placer. La sexualidad es una cosa biosicosocial, estamos en una sociedad muy “genitalizada” donde importan los genitales en el coito y lo más importante no es el coito.

¿Qué pasa con los masajes? ¿Con las zonas erógenas? Tenemos superado que el sexo no se practica con el fin de la reproducción, pero seguimos con el mensaje del miedo.

La sexualidad nos va a acompañar toda la vida.”

Son algunas de las reflexiones que comenta Carmen Saura Bernal, sexóloga y partícipe de la performance. El público responde, lo comenta, se abre el debate.

Los textos que se hablaron durante la performances irán a la parte editada de Origen inverso en formato libro.

Acting: Abajo Izquierdo y Carmen Saura Bernal.
Asistencia técnica: Jesús, Carolina y Pedro.